Hay ciertas fechas que
año tras año cuando llegan, vienen acompañadas de eso que alguien decidió definir
como recuerdos. Es extraño pensar como una simple palabra tiene la capacidad
para guardar tanto; un poder que difícilmente podría definirse aunque lo intentáramos.
Quizás es comparable a la sensación de cuando nos quedamos mirando una foto.
Viajamos dentro de nuestra mente hacia aquel recuerdo y sonreímos. Digo
sonreímos porque supuestamente no existen fotos de los momentos negativos, como
si no existieran las cámaras o el evitar crear una imagen sin movimiento, borraría
una situación que no se quiere guardar. Más allá de todo eso, el recuerdo está
ahí. Algunos más presentes,
más fáciles de buscar, latentes como si hubieran sido ayer. Otros más complejos, difíciles de encontrar en la memoria.
Dos de los días que
están llenos de esos recuerdos para mí, son Rosh Hashana y Kipur. El año nuevo
judío y el día del perdón, para quien no los conoce. Son dos momentos donde uno
reflexiona aún más, mira hacia dentro y
a su alrededor, disfruta de su familia y las personas con las cuales elige crear esos
recuerdos, guardar esas fotos y llenar un poco más la mente de esos pequeños
instantes de felicidad.
Lo que llama mi atención
y fue el motivo por el cual me salieron estas palabras es como aquellos
recuerdos de cuando si estaban, tienen tanto de ese poder que aun perduran en el
tiempo. Quizás es por la manera en que
ciertas personas nos dejan una diferencia tan grande y fuerte que no tenemos
que esforzarnos por volver a disfrutar esos mismos recuerdos. Aparecen solos.
Esas dos personas a las
que me refiero son mis abuelos maternos, Sara y Ruben, la Babe y el Zeide. Donde quiera
que estén, sepan que el ejemplo que nos dejaron tanto a mí como a toda la
familia que formaron, es de esos que ya no se ven seguido en este presente. Y en estas fechas, lo siento mucho más. Esos
ejemplos de vida que nos definen como personas y nos hacen darnos cuenta de lo que importó ayer, importa hoy e
importará mañana. Hace bien saber que esas imágenes se crearon para quedar ahí.
Solo es cuestión de querer recodarlas para sentirlas de nuevo, en fechas como
esta donde los recuerdos se mezclan y nos hacen saber que siguen estando ahí.
Por un año lleno de
felicidad, nuevos proyectos y más que nada, muchos sueños cumplidos.
Shaná Tová Umetuká
No hay comentarios:
Publicar un comentario