Son días donde la incertidumbre predomina en sus mentes. Se hacen preguntas que en otros tiempos, nunca se les hubiera ocurrido hacer. Hace tres meses levantaban las copas para brindar por la llegada de un nuevo año, ese cambio en el calendario que, para una mayoría, les implica aún mucho más: nuevos proyectos, nuevas ideas, nuevas energías. No se preocupen: esa sensación de que pasó hace mucho más tiempo es compartida. A veces es un ayer inmediato y literal, pero otras, como este caso, no les parece real.
El punto, quizás de inflexión para tratar de entender, es si me pudieran mirar. Si me tuvieran cara a cara, si es que piensan que tengo alguna o solo uso máscaras según la ocasión. Siempre les hablo, de muchas maneras distintas, aunque no escuchen mi voz. Asiento desde algun lugar después de una decisión positiva o los obligó a reflexionar, si el resultado no es el esperado. Muchos me anhelan, otros me desprecian, aún cuando en este presente soy el único que tiene respuestas. Viven pidiendome más o miran el reloj deseando que me vaya. Los contextos de sus rutinas explican la forma en la cual eligen mirarme, aunque yo siempre los mire igual. Son seres de costumbres, apasionados por aquello que les hace bien y resignados ante lo necesario. Pero, ¿podrían vivir sin mi? ¿Serían capaces de entender cuando es tiempo y cuando no lo es?
Otros tiempos la tuvieron más fácil, ahora son tiempos distintos. Tiempos donde se ven obligados a frenar y descubrirse en una situación incierta, tiempos donde recuerdan lo mejor de ustedes y aquello que sería bueno cambiar. Estoy dándoles oportunidades y desafíos para entender dónde estamos y hacia donde vamos. Lejos estoy de ser el culpable de esta cuarentena. Nadie dice que será sencillo y en un futuro, quizás no tan lejano, esta historia comenzará a ser contada en otros tiempos.
Viven corriendo en un mundo que a ustedes les parece nunca frenar. Hoy sin dudas existen más quejas que certezas, que ni yo podría aclarar. No saber cuánto va a durar es lo más difícil de llevar y las consecuencias, dentro de este extraño y obsoleto sistema que ustedes crearon, serán muy complejas. El único camino para sobrevivir es...
El sonido se repitió con el viento que movió la cortina y la sombra y mis pensamientos desaparecieron. Al parecer era solo un reflejo de un foco de luz en la calle vacía. Cuando me acosté de nuevo a su lado, ella me preguntó con quién hablaba. Yo solo pensé en la única pregunta que le haría: ¿Estamos a destiempo?
Espero el proximo.
ResponderEliminarMuy bueno