A veces nos pasan cosas que quizás imaginamos
por cómo se van dando otras, pero en ese preciso y específico momento donde esa
situación se convierte en realidad, la mente transforma aquella imaginación en
un sinfín de sensaciones tales como la incertidumbre, la expectativa del futuro
inmediato, la aventura de disfrutar de esa experiencia o incluso el miedo hacia
lo desconocido.
La mezcla de dichas e infinitas sensaciones
puede resumirse en apenas una palabra: sueños. Creo que la vida tiene escasas
oportunidades y como todos dicen, vuela. Hoy les toca a los dos juntos una de esas
ventanas que se abren de repente cuando uno menos lo espera. Desde muy chicos
soñaron con esta posibilidad, con este sueño como tan bien lo define esa
palabra para un momento de esta magnitud. Es verdad que nos vemos rodeados, de manera positiva, de
un entorno familiar y profesional, que a veces complejiza una decisión de este
color. Sin embargo, y pensando en esa balanza invisible que crea la cabeza, el
peso de un sueño de siempre no tiene un valor del otro lado. No existe algo que
se iguale a esa condición porque la incertidumbre con la cual vivimos nuestros
días puede cambiar de la noche a la mañana. El sueño que se instala y perdura
en la mente se mantiene intacto, como una luz personal iluminando un camino.
Está siempre ahí, con la diferencia que en ciertas ocasiones se acerca un poco
más, como dejándose alcanzar.
Están
a punto de vivir eso y ojala sea tan real como lo imaginan. Más allá de la
incertidumbre de la sombra del futuro que parece acechar en todo momento, es el
gran momento para disfrutar solo del presente, sabiendo que de este lado del
mundo hay una inmensa cantidad de gente que los va a estar siguiendo a cada
segundo de sus pasos. Acá estamos y seguiremos estando.
Abran bien los ojos y disfruten de esas
ínfimas posibilidades que nos da la vida de sentir lo que significa cumplir un
sueño. El tiempo es lo de menos, pasa
más rápido de lo que todos imaginamos. Es la variable más relativa de toda esta
ecuación.
Así que termino con un “nos vemos en un rato” después de que escriban un poco de historia.